abril 01, 2012

Uso de razón


Pablo Hiriart

AMLO no quiere seguridad
   Sus seguidores se molestan cuando es criticado. Sería ideal no hacerlo. Pero no es posible cerrar los ojos ante su irresponsable falsedad. El miércoles en la Universidad Anáhuac, Andrés Manuel López Obrador rompió la barrera del decoro: acusó a los medios de comunicación de ser “inequitativos” con él, y rechazó la protección de la Federación para su campaña.
   Dice que no necesita seguridad porque él “lucha por la justicia y no tiene nada qué temer”.
   Por supuesto que debería aceptar el cuidado que le ofrece el gobierno federal a los candidatos presidenciales. Sería una desgracia no sólo para ellos y sus partidos, sino para la estabilidad del país que fueran víctimas de algún hecho violento en sus recorridos.
   Llevamos 50 mil muertos en seis años y no todos eran delincuentes. Seguramente muchas de las víctimas no tenían nada que temer y anhelaban la justicia.
   Y si AMLO rechaza la protección federal, que diga por qué y no salga con el cuento de que no necesita seguridad porque quiere estar cerca del pueblo. Si no necesita seguridad, ¿por qué trae a Las Gacelas?
   Ese cuerpo de seguridad se financió con dinero público. Sus integrantes fueron entrenadas en Israel con recursos del Gobierno del Distrito Federal cuando él lo encabezó, y luego pasó a ser su escolta privada.
   No importa su estilo de protección: qué bueno que la tenga. Lo que molesta es la burla.
   Ante jóvenes de la Universidad Anáhuac acusó a los medios de comunicación de ser “simuladores” de una equidad que, en su opinión, no existe.
   Se enoja porque vienen más spots de Peña Nieto y de Josefina, que suyos. Por supuesto. Los espacios en televisión los asigna el IFE de acuerdo con la votación de cada partido en la pasada elección federal.
   Seguramente hoy tendría mucho espacio en medios electrónicos si él no hubiese hundido a la izquierda en las elecciones de 2009.
   Jugó contra su partido, el PRD, y ahora se queja de que tiene pocos spots… que se distribuyen de acuerdo a la votación anterior de los partidos.
   Dice que “en la televisión buscan las peores imágenes de mis eventos”.
   Eso raya en el delirio. Ya lo dijimos en este espacio: que contrate un maquillista, dinero tiene, y por millones, proveniente de las prerrogativas del IFE.
   López Obrador ha sido invitado a múltiples programas de radio y televisión para ser entrevistado, y rechaza asistir.
   Sólo hay dos o tres comunicadores que pueden hablar con él al aire, y punto. ¿De qué se queja? Pura marrullería. Pretextos anticipados de una derrota labrada, cultivada y regada por él.
phl@razon.com.mx
Twitter: @phiriart

Uso de razón
Pablo Hiriart

El informe del Presidente
   El informe de rendición de cuentas del presidente Calderón en el Auditorio Nacional fue un evento válido, legítimo y necesario, a pesar de las críticas por el momento de hacerlo.
   Cuando llegue el turno de su VI y último Informe ya habrá presidente electo y, por las restricciones que comienzan este fin de semana, no tendrá otra ocasión para defender su administración con la fuerza que hoy detenta.
   Si Felipe Calderón ha sido o no un buen Presidente, lo juzgará cada quien. El tiempo de su sexenio está prácticamente transcurrido y tiene todo el derecho a decir cuáles han sido, en su opinión, los logros de su administración.
   Es más, el evento de ayer en el Auditorio fue una manera de decirle a los suyos: presuman lo que hemos hecho.
   Salvo contadas excepciones, los miembros del gabinete rehúyen sacar la cara por la obra de esta administración.
   Bruno Ferrari, secretario de Economía, se movía como acólito en los eventos del Papa, olvidando que es un secretario de Estado y su tarea primordial, a estas alturas del sexenio, es promocionar lo que ha hecho la administración que encabeza su jefe el Presidente.
   En el equipo de campaña del PAN no han cortado el cordón umbilical con el Presidente Calderón, pero tampoco han decidido presumir con orgullo lo que han hecho.
   Hay errores, cuestionamientos, estrategias discutibles, pero esta administración sin duda deja hechos concretos que no pueden pasar desapercibidos.
   Ahí está la tasa de reposición de más del cien por ciento de las reservas petroleras.
   El crecimiento en infraestructura: construcción o modernización de 19 mil kilómetros de carreteras (diez mil más que en la administración anterior).
   Con todo y los ecos de la violencia, al país vinieron 23 millones de turistas.
   La conexión del Golfo y el Pacífico con la construcción de la carretera Mazatlán-Durango, a través de esa joya ingenieril que es el puente Baluarte.
   La cobertura universal de salud es un logro histórico: 107 millones de mexicanos tienen acceso a ella.
   En el sexenio se construyeron mil 100 hospitales y clínicas.
   Los hechos anteriores se dicen fácil, y sobre todo se critican fácil. Pero las obras ahí están y ahí se quedarán. Desde luego todo se puede mejorar, y de eso se trata.
   Está también el muy discutible tema de la seguridad. ¿Fue un error lanzar una ofensiva de gran calado contra el narco y las pandillas, sin tener policías ni ministerios públicos ni custodios ni cárceles?
   Tal vez fue un error. O tal vez, de no haberse hecho, estaríamos pagando derecho de piso por vivir en nuestras casas. La discusión en ese tema apenas empieza.
   Pero lo positivo ahí está. Y ahí seguirá.
phl@razon.com.mx
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Uso de razón
Pablo Hiriart

Elecciones: Prisa vuelve a apostar
   Al Grupo Prisa, empresa que edita el periódico El País, le gusta jugar fuerte en cuestiones electorales, especialmente en aquellos lugares donde tiene intereses económicos.
   En su edición este diario en primera plana publicó un reportaje que titula “El asesinato de mujeres prolifera en el Estado de México”.
   Obviamente se refiere a la gestión del gobernador Enrique Peña Nieto, en la que se habrían incrementado los feminicidios.
   De nueva cuenta El País apunta mal. Y seguramente lo veremos haciendo las mismas cabriolas que hizo para congraciarse con Felipe Calderón luego de haber apostado por López Obrador en 2006.
   Hace seis años los directivos del diario español viajaron a México para entrevistarse en privado con el candidato perredista y sellar con él una alianza, como informó en su momento el diario Reforma.
   Después, los que somos lectores de ese gran periódico, vimos la manera en que cambiaron de simpatías, barrieron el piso con su ex candidato y protegieron los negocios de Prisa con el gobierno mexicano.
   En su portada El País consigna que entre 2006 y 2011 murieron asesinadas 1,003 mujeres en el Estado de México y 522 de esos crímenes quedaron impunes.
   Las cifras desde luego estremecen. Aunque sólo fueran dos o tres las mujeres asesinadas sería mucho.
   Lo que llama la atención es que el reportaje de primera plana carece de contexto.
   Y no tiene contexto porque, en mi opinión, es parte del negocio de Prisa: apostar contra un candidato.
   La realidad es que entre 2005 y 2010 los homicidios femeninos en México (en el país) aumentaron en 71.9 por ciento.
   En contraste, en el Estado de México los asesinatos de mujeres disminuyeron 33 por ciento en ese periodo.
   Otra comparación: en Baja California hay una tasa de 7.5 homicidios femeninos por cada cien mil mujeres (110 por ciento más alta que en el Estado de México), y tuvo un incremento de 178 por ciento en ese periodo.
   En el ranking nacional de homicidios femeninos, entre 2005 y 2010, el Estado de México pasó del primer lugar al sitio número 14.
   ¿Es muy difícil encontrar estos datos, como para obviarlos? No mucho: son las cifras oficiales más recientes, publicadas por el INEGI.
   Y sobre el hecho de que sólo se han resuelto 522 asesinatos de mujeres en el Estado de México, de un total de 1,003 feminicidios, la cifra es incorrecta, de lo que nos ocuparemos mañana.
   De todas maneras, aun si los datos que presenta El País fueran verídicos, habría que apuntar lo siguiente:
   La impunidad (inaceptable) del 50 por ciento en esos crímenes, es notablemente inferior al promedio nacional, que supera el 80 por ciento en homicidios, según la prestigiada organización civil México Evalúa.
   Pero como no se trata de mostrar la realidad en su contexto, es decir completa, sino de hacer propaganda negra, una apuesta electoral a la española, hay que admitir que el reportaje está bien escrito.
phl@razon.com.mx
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Uso de razón
Pablo Hiriart

Los enredos de Josefina
   Si Josefina Vázquez Mota no quiere pasarse toda la campaña dando explicaciones de los enredos en que se mete y la meten, tendría que tomar la iniciativa y hacer cambios en el PAN, fortalecer su equipo y tomar el mando de su candidatura.
   En la precampaña panista se le echaron encima sus compañeros de partido.
La espiaron, difundieron sus conversaciones privadas, la equipararon con la Chimoltrufia, le dijeron al país que ella era incompetente, rollera, un ama de casa ignorante de cuestiones económicas.
   ¿No pasó nada y fueron solamente roces de campaña?
   ¿Hablaban y actuaban de mentiritas quienes la ridiculizaron y ahora tienen el mando en su partido y en la campaña?
   Gustavo Madero, una de las dos catástrofes consecutivas en la presidencia del PAN, tendría que hacerse a un lado y dejarle el control del aparato panista a Josefina.
   Ya ganó la candidatura. Déjenle el partido.
   Madero no fue capaz de garantizar una contienda interna que protegiera a los precandidatos, pues obviamente uno de ellos sería el abanderado presidencial.
   En la integración de las listas para diputados y senadores hizo un tiradero porque no tuvo el carácter ni la fuerza para poner orden en las filas del partido que dirige.
   Para beneficio del PRI y de López Obrador, Madero dejó panistas agraviados en Chihuahua, Jalisco, Distrito Federal, Nuevo León y Veracruz.
   Van a perder en todas esas entidades, que son las de mayor peso en el padrón electoral.
   Desde luego también perderán la Presidencia. Pero hay de formas a formas.
   Una cosa es perder en una elección competida, de propuestas emanadas de una campaña coherente, y otra es salir por piernas bajo un alud de votos en contra, como señalan todas las encuestas publicadas ayer.
   ¿Por qué sigue ahí Gustavo Madero?
   Lo mismo ocurre con su equipo de campaña. Pura improvisación. Ocurrencias. ¿Quién es el vocero?
   Los anuncios de televisión que hemos conocido de Josefina son bastante malos. Obscuros, paniaguados, sin alegría. Josefina no es Josefina.
   Poner en la pantalla la palabra “diferente”, puede ser una alusión a su condición de mujer, y está bien. Pero hay que ser muy perspicaz para entrever que la intención sea diferenciarse del actual gobierno.
   Esas generalizaciones no sirven. Hay cosas buenas de este gobierno y no por ello tiene que diferenciarse. Y hay otras de las cuales debe tomar distancia de manera explícita.
   ¿Lo hará? Pienso que no. Su equipo no la va a dejar.
   Todas las esperanzas estarán puestas en que el gobierno baje a Peña Nieto con golpes judiciales a ex gobernadores. Con la criminalización del PRI.
   Pero eso, como única carta, no le va a funcionar. Favorecerá, en todo caso, al candidato antipriista que está por llevar al patíbulo a todos sus enemigos (panistas incluidos).
phl@razon.com.mx
Twitter: @phiriart

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