marzo 17, 2012

Uso de razón

Pablo Hiriart



El doble juego de Elba Esther

Pararon actividades y se dejaron caer (no hay otro verbo) al DF maestros de la CNTE para frenar la Evaluación Universal, pues dicen que lesiona sus derechos laborales.

Lo anterior es cuento. Ser evaluado no atropella ningún derecho, sino que es útil para su actualización y ayuda a que los estudiantes no sean educados por ignorantes.

Y es cuento porque el examen se realizará los días 23 y 24 de junio y estamos apenas a mediados de marzo.

Vinieron a la capital y paralizaron labores en sus estados porque lo suyo es un movimiento político utilizado por la profesora Elba Esther Gordillo.

La presidenta vitalicia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) es la gran ganadora con estas movilizaciones, si no es que la promotora, pues muestra en la calle las barbaridades de que son capaces sus agremiados.

Lo dijo en entrevista al diario El País publicada el fin de semana: si ella quiere, los maestros podrían tomar en calles.

Nos enseñó parte de su músculo.

La Coordinadora (CNTE) es una corriente dentro del sindicato, y con su presencia en la capital podemos aquilatar lo que significaría tener a todo el magisterio en paro y con protestas.

Su mensaje es para los tres candidatos a la Presidencia de la República: van a tener que contar con su sindicato y su capacidad para crear problemas.

“Hay otros peores que yo”, dice la maestra a los aspirantes presidenciales. De esa manera, también, encarece la negociación contractual con la SEP.“Si no negocian conmigo, a ver cómo les va con esos bárbaros”, es la lógica de su intimidación.

El secretario Ejecutivo del SNTE —dependiente de la profesora—, Juan Díaz de la Torre, declaró que “la Evaluación Universal no podrá realizarse hasta que la SEP presente un programa integral para su instrumentación…” bla-bla-bla.

Con eso la dirigencia del SNTE le dio su espaldarazo a la CNTE. Que venga a desquiciar el DF, deje a millones (sí, millones) de alumnos sin clases, y exija la cancelación de la Alianza por la Calidad de la Educación. Uno de los pasos más nobles que ha dado el presente gobierno ha sido, precisamente, la Alianza por la Calidad Educativa, impulsada por Alonso Lujambio.

Eso sí, tiene una falla, originada en la buena fe que ha distinguido al secretario de Educación Pública a lo largo de su fructífera carrera: la Alianza por la Calidad de la Educación no es ley.

La líder del SNTE, por tanto, le pone a la Alianza la fecha de caducidad que mejor convenga a sus cálculos y negociaciones de orden político.

Ahí está el doble juego de Elba Esther Gordillo. Así se ha manejado durante años e intentará seguirlo haciendo en el próximo sexenio.

Pero Gordillo, como casi todos los líderes poderosos, se sobreestima. Ella no es más fuerte de lo que eran Carlos Jonguitud Barrios o Joaquín Hernández Galicia.

phl@razon.com.mx

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Uso de razón

Pablo Hiriart



Caos, linchamiento, anarquía

López Obrador soltó una cuchufleta del tamaño de un cerro: él va a parar la guerra que se libra en el país.

Peña Nieto dijo una obviedad como si se hablara con párvulos: va a continuar la lucha contra la delincuencia, pero con mayor eficacia.

Y Vázquez Mota dice que le cambiará el nombre a la secretaría de Gobernación. Así las cosas, estamos condenados a seis años más de improvisaciones en un área que, hoy por hoy, es zona de desastre.

Tampoco en Estados Unidos dicen algo interesante. “El saldo de muertes (en México) por la lucha antinarco es inaceptable”, aseveró el martes el Jefe del Comando Norte, Charles H. Jacoby.

Estados Unidos nos ha proveído de armas, helicópteros, aplausos y apoyo diplomático para que sigamos por una ruta que conduce a “resultados inaceptables”.

Nadie sabe qué hacer con el fenómeno de la violencia homicida que se desbordó en este sexenio y se venía incubando desde hace más de una década. ¿Qué va a pasar en la siguiente administración? A falta de ideas, linchamientos.

Echarle la culpa a Calderón, darle una sacudida en el tribunal de los medios y continuar con la orgía de tiros y de sangre.

El gobierno actual culpa a los anteriores de no haber hecho nada, y el próximo Presidente dirá que el mandatario saliente lo hizo muy mal.

Tal vez todos tengan parte de razón, pero ni los linchamientos ni el reparto de culpas va a solucionar el problema que acorrala a la población.

El fin de semana hubo explosiones, camiones incendiados, varias horas de balazos y de granadas en zonas residenciales de Guadalajara.

En Nuevo Laredo ocurrió algo similar y en la capital de Coahuila, a plena luz del día, se registraron balaceras por espacio de horas.

Mientras los tiroteos en Saltillo aterrorizaban a la población, circulaban fotografías del autobús de los Zaraperos con balazos en el parabrisas, jugadores tirados en el asfalto para no ser alcanzados por las balas y aficionados pecho a tierra en un parque de pelota.

Eso no puede ser parte de ninguna normalidad. Tampoco es signo de que vamos ganando guerra alguna. Lo que estamos viendo es la estampa del caos, paso previo a la anarquía.

Y antes de entrar al siguiente sexenio con ocurrencias, linchamientos y nuevas improvisaciones, es urgente un pacto político por el rescate de la paz.

Lo que no ha hecho este gobierno en seis años ni la oposición ha tenido la altura de proponer, hay que plantearlo ahora: un acuerdo de cuatro o cinco puntos a cumplir en lo que resta de la administración y en el siguiente sexenio.

Hay que engarzar a éste y al siguiente gobierno en un proyecto conjunto. Sólo así evitaremos las ocurrencias descocadas que nos van a llevar del caos al linchamiento y a la anarquía en los próximos años.

phl@razon.com.mx

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Pablo Hiriart



La presidencial, como el Edomex

En lo dicho: la competencia es por el segundo lugar.

De acuerdo con los resultados de la encuesta nacional divulgada por Consulta-Mitofsky, la diferencia entre el primero y el segundo lugar es de 18 puntos, mientras que la distancia entre el segundo y el tercero es de ocho puntos porcentuales.

La medición de C-M se cerró antes del desaguisado del domingo en la toma de protesta de la candidata presidencial del PAN en el estadio Azul, por lo que no hay una evaluación de cuánto costó ese error.

Por lo visto hasta ahora, estamos en un proceso electoral sin sorpresas y difícilmente habrá grandes variaciones en las preferencias electorales.

Da la impresión de que la ciudadanía ya tomó una decisión y ésta se ratifica encuesta tras encuesta.

Se trata de una contienda muy parecida a la que ocurrió en el Estado de México hace unos meses atrás. Se dijo que sería el “laboratorio” de la elección presidencial, y por ahí caminan las cosas.

Los partidos cometieron los mismos aciertos y errores que ahora al inicio de la campaña, y las encuestas se mantuvieron estables durante todo el proceso.

En la elección mexiquense el PRI sacó a un buen candidato, Eruviel Ávila, que mantuvo el paso sin responder a agresiones. Se dedicó a hacer propuestas y asumió un comportamiento sobrio y hasta magnánimo hacia sus competidores.

El PRD lanzó una carta gastada, un “gallo” demasiado jugado y con antecedentes de perdedor. Igual que ahora.

Para el PAN el lanzamiento de Luis Felipe Bravo Mena resultó traumático porque en la dirigencia nacional de ese partido querían a otro candidato, resultado de una alianza con el PRD.

El arranque de Bravo Mena fue muy malo: se le vio solo, abandonado por su partido y por las grandes figuras del blanquiazul.

Hubo momentos de esperanza de ganarle al PRI, sobre todo de parte de Encinas, quien se dijo ganador en los debates.

Si así fue, los debates no cambiaron la voluntad mayoritaria de los votantes que ya habían tomado una decisión: Eruviel.

El día de la votación el electorado indeciso se inclinó por el que iba a ganar y la diferencia fue de 30 puntos sobre el segundo lugar y 40 puntos sobre el abanderado de Acción Nacional.

Desde luego que nada está escrito en esta elección presidencial. Pero casi.

A Peña Nieto sólo lo pueden bajar errores monumentales de su parte, más grandes golpes efectistas del gobierno federal en materia judicial contra el PRI.

Incluso si ocurriese lo anterior, se ve difícil remontar 18 puntos de ventaja en tres meses y medio.

La disputa es por el segundo lugar. Si el PAN centra sus ataques al PRI, como hizo en el Estado de México, podría darse el caso de que abandonara Los Pinos en un nada cómodo tercer lugar.

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Uso de razón

Pablo Hiriart



Ceguera en el PAN

Si en el PAN creían que podían ganar pese al caos interno que tienen en ese partido, la respuesta la tuvieron el domingo en el estadio Azul.

Un partido dividido no entusiasma a nadie. Al contrario, la gente le huye a los que están en pleitos.

Cuando criticamos a las encuestas con sesgo partidista que inflaban a Josefina al ponerla a seis o nueve puntos de Peña Nieto, llovieron las descalificaciones.Se creyeron su propio cuento de que eran muy populares y todo sería subir y subir.

Ahora que tomaron un baño de realidad, quizá les quede tiempo para corregir la estrategia y evitar irse al tercer sitio.

El panismo está pagando por sus conflictos internos, pero también por su soberbia.

Menospreciaron a las encuestadoras serias. Menospreciaron a los críticos. Menospreciaron a sus simpatizantes.

Desde las siete de la mañana empezaron a llegar los camiones con acarreados al estadio Azul, y bajo un sol implacable esperaron a la candidata presidencial que llegó hora y media tarde.

Cuando Josefina tomó el micrófono se empezó a ir la gente. Eso se llama desaire, aquí y en China.

Hace una semana Germán Martínez Cázares, ex presidente del PAN y promotor de la candidatura de Vázquez Mota, escribió que “no es un secreto decir que la victoria está en entusiasmar a los votantes dudosos”.

Tiene razón (como tantas veces) Martínez Cázares. Sólo que la forma como se conduce Josefina no entusiasma a nadie. Ni siquiera a los militantes, que le dieron la espalda y se largaron del Azul cuando empezó a hablar.

El continuismo que ofrece Vázquez Mota es un discurso perdedor.

Hay más pobres que antes, más muertos que antes y más incertidumbre que antes.

Con Josefina habrá más de lo mismo. ¿A qué indeciso puede entusiasmar un horizonte así?

Además, como apuntamos aquí la semana anterior, a Josefina la tienen cercada sus adversarios dentro del partido. Le pusieron en las listas al Senado a sus contrarios.

Le impusieron como plurinominales a los que decían que ella no sabía nada de economía, que no sería capaz de pilotear a México y que se comportaba como la Chimoltrufia.

Ellos ya están arreglando su futuro de grupo para ser los interlocutores panistas del presidente Peña Nieto en el siguiente sexenio.

En la presidencia del PAN hay autoritarismo sin ideas. Se van militantes valiosos y no les importa. Se hacen trampas escandalosas para imponer candidatos del grupo contrario a Josefina en el PAN, y no pasa nada.

¿De dónde sacan que pueden ganar así?

Decían los antiguos griegos que “los dioses ciegan a los que quieren perder”. Al PAN ya lo alcanzó la ceguera.

phl@razon.com.mx

Twitter: @phiriart

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