marzo 25, 2012

La historia en breve

Ciro Gómez Leyva



Cuidado, Ciro, desmesura y exceso son malos consejeros

Reproduzco la carta punzante, desmedida quizá, de Agustín Acosta, abogado de Florence Cassez, sobre mi artículo del lunes, “La banalidad del correctísimo ministro Zaldívar y sus amigos”. Cito:

“¿Banalidad? Calidad de lo trivial, común, insustancial. Así lo dice el diccionario. Escribes sobre la banalidad del correctísimo ministro Zaldívar. ¿De verdad eso crees, Ciro? Que el proyecto del ministro es trivial, común o insustancial.

“Aludes al texto de otro (Ramón Cota Meza), pero te respondo porque te respeto y aprecio. El tema de la banalidad viene del texto de Hannah Arendt sobre el juicio que el estado de Israel siguió a Adolf Eichmann, burócrata de las SS, quien con mortífera eficiencia envió a miles de inocentes, la mayoría judíos, a los campos de exterminio. Cuidado, Ciro: el exceso y la desmesura son malos consejeros.

“¿Piensas que la coerción legal del ministro Zaldívar es comparable a la precisión ciega y homicida del tecnócrata nazi? (…) El proyecto del ministro es correcto. Lo es porque es fiel al juramento que asumió cuando aceptó ser juez de la Suprema Corte, el mismo Tribunal Constitucional que el año pasado anunció una nueva era de jurisprudencia, cuyo eje es tomarse en serio los derechos humanos de todos, y eso incluye los míos y los tuyos (…)

“En esta semana no he escuchado ningún argumento sólido que contradiga el proyecto. Cierro pues con Arendt: ‘La lección de la terrible banalidad del mal, ante la que las palabras y el pensamiento se sienten impotentes’.

“Hoy la estridencia busca acallar el pensamiento y el discurso jurídico. Entre el poder y la inteligencia, escojo la palabra, que será siempre un ropaje frente a la intemperie de un poder prepotente. Así lo pienso, aunque suene políticamente correcto”.

Este Peña Nieto los puede hacer pedazos

Propuse después de ver la primera serie de promos de los candidatos presidenciales, que Enrique Peña Nieto puede hacer pedazos a una Josefina Vázquez Mota vaga y mal producida, y a un Andrés Manuel López Obrador que ofrece una tardía y fútil reconciliación política.

Peña Nieto, en cambio, despliega una serie de videos de alta calidad (en producción, realización, foco, mensaje y personaje), a la que dedicó tiempo y empeño. Debe haberse rodeado de los mejores en el mercado, porque el resultado es un trabajo que destila estudio, investigación, concepto, creatividad, talento y puntería.

Dice que quiere ser Presidente porque México merece estar mejor. Punto. Se presenta como un hombre joven, experimentado, seguro, en plena forma física y mental, que ve a la gente a los ojos y empeña su palabra.

“Tú me conoces”, se dirige al público en la riesgosa segunda persona del singular. “Sabes que sé comprometerme. Pero lo más importante, sé cumplir”.

En el primero de los spots, el genérico, aparece en 13 distintas locaciones naturales y, por lo que se ve, grabó un spot en cada una de las 32 entidades, para hablarle a 32 auditorios regionales. No se trata, pues, de la vieja macrocampaña que iguala a Nuevo León con Yucatán, el DF, Nuevo Vallarta o Ciudad Juárez.

En el de Veracruz, por ejemplo, exalta bondades y bellezas del estado y lamenta la forma en que han sido lesionadas por la inseguridad. Y ahí, con guayabera, besando a una niña, ofrece ajustar y corregir la estrategia en la lucha contra los criminales.

Y esto se difundirá cientos de miles de veces. Peña Nieto parece entender mejor que sus rivales en qué año vive. Y a qué mexicanos les está hablando.

Si eso es lo que traen, Peña Nieto los hará pedazos

El IFE colocó en internet los promos que los cuatro candidatos presidenciales difundirán dentro de nueve días, cuando inicien las campañas.

Muy simpáticos los de Gabriel Quadri. Presentan a los cuatro jóvenes de una serie: la estricta y muy conservadora, el que le gusta verse bien, el muy amoroso y, claro, el profesor “comprometido con su profesión y el país”. Perfilan una creatividad que, creo, garantizará el 2 por ciento de los votos que necesita Nueva Alianza.

Andrés Manuel López Obrador ofrece su “mano franca, en señal de amistad, a quien pude haber afectado en mi determinación de luchar por la democracia y la paz”. Habla de una “reconciliación sincera” para lograr el renacimiento de un México justo, próspero y fraterno. Emocionante, bien producido, pero quizá tardío. ¿Qué tendría de seductor el discurso de la reconciliación para un electorado que, a diferencia de hace seis años, no ve a políticos destrozándose?

Desastrosos los spots que presentan a Josefina Vázquez Mota, a oscuras y con serios problemas de producción y realización, como la candidata a quien nadie le regaló nada. Como la hija de un padre que tenía una pequeña tienda de pinturas y le legó los valores del trabajo, la honestidad, la sencillez, el respeto y la responsabilidad. Una mujer “con liderazgo” que quiere “construir un México diferente”. ¿Y? ¿Qué más? ¿Con eso piensa remontar?

Lo de Enrique Peña Nieto (que tocaré mañana) es otro nivel. En calidad de producción y realización; en foco, mensaje y personaje. Si ese es el arsenal propagandístico de sus adversarios, los va a hacer pedazos.

Creo.

¿Están liquidados Josefina y López Obrador?

Por supuesto que no. Es cierto que los números de la primera encuesta de seguimiento diario de GEA/ISA son malos para los dos, pero si se atiende a un par de datos, esta competencia puede dar todavía mucho de qué hablar.

Por partes. La encuesta de GEA/ISA (nacional, mil 152 entrevistas en domicilio) levantada entre el 17 y el 19 de marzo y presentada anoche marca este resultado:

Peña Nieto, 34%

Josefina, 21%

López Obrador, 15%

El dato más importante, sin embargo, puede estar en el altísimo porcentaje de indefinidos: 29 por ciento. No recuerdo una rebanada de pastel de ese tamaño. Los indefinidos son, de hecho, el claro segundo lugar. Si, como se calcula, unos 50 millones de mexicanos salen a votar el 1 de julio, 15 millones no están seguros hoy de por quién lo harán en la boleta presidencial. Si Josefina Vázquez Mota y Andrés Manuel López Obrador consiguen descifrarlos mejor que Enrique Peña Nieto, la elección puede cerrarse. Depende de ellos, de la calidad de campaña que desplieguen.

El otro dato a evaluar es el balance de positivos-negativos de los candidatos del PAN y las izquierdas. Josefina (+35) es ya más popular que Peña Nieto (+32). Y por primera vez desde 2006, López Obrador marca positivo (+3). Algo de la estrategia de la república amorosa comienza a funcionar. La pésima imagen del tabasqueño parece haber quedado atrás.

¿Liquidados Josefina y López Obrador? Ni de chiste. Trece y 19 puntos de desventaja son una gran desventaja, pero el puntero Peña Nieto solo marca 34 por ciento de las preferencias.

Apenas uno de cada tres electores está seguro de votar hoy por él. Apenas.

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