abril 01, 2012

Hablemos de Bioética…Seguridad social

 Por Luis Ixtepan Delgado 
Es innegable que la seguridad social, en los últimos años ha mejorado; con nuevas unidades y con una infraestructura tecnológica envidiable. La realidad de mejoría es aparente, porque una cosa es la estructura física y la otra la provisión de insumos: material de curación, fármacos e instrumental etc. 

En estas carencias, se emplea el argumento tan trillado de que el presupuesto no alcanza. Es cierto, que este recurso proveerá de los medios para poder cumplir con el compromiso social de equidad y justicia que el Estado tiene con su población. 

Si es así ¿Por qué? Muchas de las unidades de atención medica carecen de los mínimos servicios de atención de: Medicina familiar, de especialidades, laboratorio, radiología, y desde luego de la herramienta necesaria como estetoscopios, baumanometro, instrumental básico para realizar su trabajo el medico y establecer un diagnostico. La mayoría de las veces, es el medico el que provee de estos utensilios y hasta de instrumental para realizar una cirugía. 

En la peor crisis económica que tuvo México en la que el IMSS estuvo a punto de desaparecer y convertir a la seguridad social en medicina privada. El Dr. Biagi escribió: que las carencias de insumos y de tecnología no deben limitar al medico en su cometido: la atención del paciente. El elemento humano, el medico y el paramédico; es el mas importante en esta función. 

La experiencia le da la razón siguiente: ¿cuántos? de los médicos que se formaron a mediados del siglo pasado conocieron el Ultrasonido, la Tomografía, la Endoscopia, etc. La preparación médica fue primordialmente clínica, herramienta fundamental, que aunada al aspecto moral (humanista) predomino por mas de dos siglos y esta vivió sus momentos de gloria. 

¿Cuál es la preparación actual? 

Sabemos que existen muy buenas universidades en nuestro país, tanto del Estado como privadas, pero me pregunto: ¿es suficiente el aspecto teórico de las materias básicas y fundamentales y con ello darnos por satisfechos para enviarlos a la comunidad como un producto terminado? Nuevamente me pregunto: ¿donde esta la clínica y la Ética? 

Cuando fui catedrático tuve la curiosidad de preguntar a mis alumnos; ¿por qué estudiaban medicina? Y las respuestas fueron muy variadas: unos porque es una forma de conseguir una fuente de ingresos (un trabajo, una “chamba”); otros porque la carrera que querían no la había en el estado y pues esta era la mas accesible o tendrían que irse fuera y separarse de la familia, o por falta de recursos económicos, otros porque el padre es medico y de esta manera seguir la tradición y, por ultimo aquellos que eligieron bien: por convicción y vocación, esta ultima respuesta es la que debe imperar en ese medico en ciernes.. 

La preparación profesional del siglo pasado tanto en el aspecto teórico y práctico, considero que era suficiente. Además los maestros durante la teoría y la práctica nos enseñaban tanto la moral, como los aspectos éticos del ejercicio de la Medicina. Creo pertinente mencionar que la “escuela francesa” fue determinante para tener esa concepción para una buena práctica médica. 

En la actualidad la “escuela francesa” ha desaparecido, y creo que la mentalidad del estudiante y de algunos médicos recién egresados ha cambiado. De que el ejercicio de la medicina se basa en el uso de la tecnología, y no se diga cuando se tienen a la mano. La clínica que se basa en el interrogatorio al borde de la cama o en el consultorio, así como la exploración física, ha pasado a ser algo inútil. Hemos estado imitando el “modelo occidental” allende de nuestra frontera norte. Una mala imitación, ya que solo tratamos de ver lo objetivo, lo que siente el paciente, (la subjetividad) no es importante. La clínica ha pasado a la historia del olvido, lo importante es la evidencia, que considera indispensable el laboratorio como los estudios de gabinete, el “ver para creer”. No debemos olvidar que tanto la clínica, como los auxiliares del diagnostico se complementan. 

Lo anterior, nos lleva a considerar al paciente como un objeto, una cosa. El paciente debe ser tratado como una Persona y creo necesario, que en los programas de la educación médica, la Bioética deberá estar incluida como materia básica y, no solo como materia de “relleno”. Nuestra sociedad no debe aceptar que el ser humano sea degradado. La persona además de corporeidad (biológica) esta envestida por otras dimensiones, como son: la social, la psicológica y la espiritual. La persona por el hecho de ser tiene implícita su dignidad. El ser persona nos lleva a la concepción de ser fin último, no somos un medio para que el medico realice su función en forma mecanicista, sino ejercer esta en forma reciproca, interactiva, de igual a igual. 

El Derecho nos da también la jerarquía de persona, concediéndonos derechos y obligaciones, desde la concepción hasta la muerte. Para su goce es necesario adquirir la mayoría de edad. En la concepción y en la infancia los derechos y obligaciones están tutelados. 

De nosotros depende ser tolerantes con el trato de los que profesan esta noble labor y, exigirles que cumplan con su misión con un trato humano. Porque para empezar, el tratamiento se inicia al establecer una buena relación médico paciente; donde tanto el medico como el paciente son iguales como personas. Es cierto que es una relación asimétrica, porque el medico posee el conocimiento y el enfermo acude angustiado por un dolor físico, y en otras espiritual. Pero el saber no nos hace superiores al otro, debemos hacer a un lado la soberbia, el medico debe ser humilde y más humano, ya que la presencia de uno permite la realización del otro, en esa noble misión de curar, aliviar, consolar, o acompañar en ese camino a veces sin retorno.

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