Por Luis Ixtepan Delgado
Para hablar de los antecedentes de esta nueva disciplina, me remontare a mi infancia, allá por 1950. Mi padre fue asiduo lector de una revista llamada “Sucesos para todos” en esta, venían fotos de la segunda Guerra Mundial, mi interés, ojear dicha revista y el recorte de las fotografías de los grandes aviones bombarderos, en aquel entonces no sabia lo que sucedía en Europa, el único medio de comunicación accesible era el periódico y la radio de banda corta; los radios comunes no la tenían, como apenas sabia leer, el contenido de la revista no me interesaba. Claro esta, que cuando mi padre se daba cuenta de la destrucción de sus revistas, llegaba el consabido regaño y algunos azotes.
En 1948 se realizo el juicio de Núremberg por los crímenes de guerra cometidos por los militares alemanes y por médicos al servicio del führer Adolfo Hitler. Médicos cuya disculpa fue: solo obedecíamos órdenes superiores. Fue evidente que la ética médica fue pasada por alto (juramento hipocrático) y que la conciencia moral fue borrada totalmente por esa mentalidad de exterminio, la objeción de conciencia también desapareció de aquellas mentes de esa raza superior.
¿Qué importancia tuvo este juicio?
Juzgar estos crímenes de lesa humanidad y que estos no se vuelvan a cometer. Es aquí donde nacen los “Derechos humanos” y otros documentos llamados: “consentimiento informado”, y el “Código de Helsinki”. Estos documentos marcan los lineamientos de la investigación médica, y la autorización en la relación medico paciente, para el ejercicio de la medicina asistencial. A partir de este momento la Asociación Medica Mundial (AMM) modifica la Ética Médica tomando como modelo el “Juramento de Hipócrates” y adecuarlo a la realidad en que vivimos.
Los adelantos científicos y tecnológicos rebasaron a la ética medica hasta entonces vigente y fue precisamente los crímenes del Holocausto judío, lo que puso en alerta a la humanidad, sobre todo a la comunidad científica con conciencia moral , que conservando valores y principios morales, y que la religión cristiana de alguna manera influencio ese pensamiento para hacer los cambios necesarios, de esta manera crear una nueva disciplina: la Bioética, la cual se encuentra vinculada, tanto a la medicina asistencial, como a la investigación médica y a otras disciplinas relacionadas con la vida.
La bioética también mantiene vínculos con el Derecho, actualmente existe una rama: la Biojuridica; disciplina que solo se conoce y se practica en Europa y en América específicamente México: su conocimiento es escaso y por lo tanto, no se ejerce. Esta nueva disciplina requiere de profesionales honestos y con una gran calidad moral. Otra rama involucrada es la Ingeniería genética rama de la Medicina que esta en auge y que ya se vislumbra la posibilidad de la curación de enfermedades la genterapia; en la que por expresión de estos, se hacen evidentes como son: Errores del metabolismo, Cirrosis hepática y otras, aunque estas patologías tienen un futuro halagüeño, aun puede considerarse en “pañales”.
El campo promisorio para estos experimentos es la agricultura; sabemos que muchas especies de cultivos han sido modificadas para resistir los cambios climáticos; la resistencia a las plagas; aumentar el poder nutritivo. Progreso que permitirá combatir la hambruna que azota a países del tercer mundo. Sin embargo estamos alterando a la naturaleza y el proceso de selección de las especies.
¿Cuáles, serán inmediata o, a la larga las consecuencias de estos adelantos?
Es también aquí donde la bioética tiene una gran responsabilidad y la conciencia moral y ética de los científicos se confronta con dicho avances. El conocimiento de estos avances tecnológicos y científicos por el pueblo, permitirá o no dicha experimentación.
Es evidente que el hombre modifica el entorno, lo adecua para su beneficio, pero la alteración reiterada que raya en la exageración, destruye el ecosistema, creando los cambios hoy muy comentado y preocupante, como el “calentamiento global”. En la que los países ricos están preocupados y poco ocupados en mejorar o corregirlo.
No debemos olvidar que también el entorno influye sobre nosotros, con la aparición de enfermedades a través de cambios genéticos. Hemos invadido, modificado y destruido el entorno. Los procesos naturales buscan el equilibrio y tarde o temprano pagaremos la factura; países ricos o pobres, sea primer o tercer mundo. Veamos nuestra propia casa; específicamente el norte del país: sequía, mortandad de ganado, hambruna de los indios Tarahumaras, etc.
Cualquier fanático diría es “castigo de Dios”. Es cierto que somos hechos a semejanza de nuestro creador, somos a semejanza, pero no fuimos hechos a la perfección. El ser humano ha invadido su terreno y ha querido igualarse, y al hacerlo ha cometido un grave error y, ya estamos sufriendo las consecuencias de nuestras acciones. Lo único que me queda por concluir es la siguiente sentencia “Dios perdona, el hombre a veces, pero la Naturaleza nunca”.
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