ANGELITOS EN LA TIERRA

‘‘Una obra inconclusa’’

Mariela Valencia

   Estimados lectores de Semanario Palestra, una vez más les doy la bienvenida a esta sección tan querida por todos ustedes.

   El día de hoy, quisiera compartir con ustedes una situación que desde hace ya varios años me ha venido afectado de una manera silenciosa.

   La calle donde se encuentra la casa donde vivo con mi familia, está en muy malas condiciones, debido a que no está completamente pavimentada.

   Cabe mencionar que en el anterior gobierno municipal, la calle Pedro María Anaya fue inaugurada como si se hubiera llevado a cabo toda su pavimentación, asegurando a los habitantes de la misma que en unos cuantos días sería concluido el trabajo.

   Sin embargo, han pasado días, meses, inclusive años y nuestra calle continúa sin ser terminada como debe de ser.

   En distintas ocasiones, se han organizado visitas a las autoridades por parte de grupos  de vecinos, con el fin de solicitar de la manera más atenta que continúen con la obra, pero desgraciadamente no se han obtenido respuestas favorables, a pesar de que son sólo unos cuantos metros los que faltan por cubrir, y son precisamente esos metros donde se ubica mi hogar.

   Esto me afecta en gran medida, ya que debido a mi condición física se me dificulta muchísimo salir de casa sin un vehículo. Es por esto, que en diversas ocasiones mi madre opta por dejarme en casa, pues es ella quien lucha contra las piedras y obstáculos que se atraviesan en el camino, haciendo aún más complicado el movimiento de mi silla de ruedas.

   Espero que las autoridades actuales puedan leer este artículo y así, en lo que queda del presente gobierno, le den seguimiento  y nos brinden la ayuda correspondiente para poder contar con el servicio de pavimento.

   Deseo de corazón que mis palabras sean escuchadas y muy pronto mejoren las  condiciones del lugar donde vivo.

   Tengo la seguridad y confianza de que así será, pues no tengo la menor duda de que con su apoyo, la calle Pedro María Anaya podría dejar de ser

‘‘Una obra inconclusa’’, y el nivel de vida de mi familia y vecinos mejoraría considerablemente.

   Me despido de todos ustedes, reiterándoles de nueva cuenta mi más sincero cariño y buenos deseos.

   No olviden que  todos nuestros sueños son posibles, sin importar lo complicado o difícil que éstos parezcan. Y, pues, la mejor prueba de ellos son los… Angelitos en la Tierra.