marzo 25, 2012

Enfoques

Salvador Herrera García



Las historietas, con su carga de aventura y diversión, marcaron nuestra niñez y adolescencia.

¡Cómo no recordar aquellas revistas de atrayentes portadas y personajes entrañables! Ídolos de tinta y papel que poblaron nuestra imaginación y nos descubrieron el mundo de la fantasía y la aventura, los misterios de la naturaleza, las proezas del hombre y las vidas de santos, sabios y aventureros…

Semana a semana, puntualmente, el estanquillo de don Beto Moreno nos surtía de esas publicaciones de la editorial Novaro, que presentaban a nuestros ojos niños un vasto horizonte de fantasía diversión y conocimientos.

Esa magia de diseño, tinta china y breves textos encerrados en globitos nos regaló incomparables sorpresa. Primero que Esopo, Walt Disney nos llevó por el universo de lo fantástico…Flash Gordon y Bug Roger nos iniciaron en la ciencia ficción, antes de leer a Isaac Asimos y a H.G. Wells…

Con Dick Tracy escalamos los primeros peldaños de la novela negra. Tarzán nos acercó al África misteriosa…Y con El Llanero solitario y Toro nos fue posible cabalgar las praderas del Oeste.

En tanto, las Vidas Ilustres señalaron rutas para leer, años después, las espléndidas biografías escritas por Roman Rolland, Emil Ludwig o Stephan Zweig…

Con los años, las historietas evolucionaron. Ahora, aprovechan las modernas técnicas gráficas digitales, en su concepción y reproducción. Desaparecieron antiguos personajes. Surgieron otros que son representativos de la era actual, o reflejos de determinadas circunstancias sociales.

Este medio gráfico ha tendido fuertes detractores. En no lejanos años fue estigmatizado como nociva y enajenante arma del imperialismo. Y aparecieron ensayos sobre las “perniciosas” historietas. Recordamos uno de ellos, Para entender al pato Donald, libro que por los años 70 circuló entre los universitarios, pretendía “demostrar” la penetración neocolonialista a través de los personajes de Disney”.

Con la globalización, los adelantos tecnológicos, los video juegos y la Internet, parecía que la historieta saldría definitivamente de circulación. Las editoriales entraron en crisis financieras y dejaron de publicarlas. Muchos de sus héroes fueron acaparados por el cine y la televisión. Sin embargo la historieta no desapareció…

En los últimos años, la historieta ha resurgido, como el ave fénix, posicionándose como una de las expresiones artísticas de vanguardia y un medio de comunicación eficaz en el proceso enseñanza aprendizaje. Acapara la atención y es motivo de estudio por sicólogos, filósofos y comunicólogos

Mientras niños y adolescentes conserven la capacidad de asombro. Y haya guionistas y dibujantes creativos, la historieta estará vigente…Seguirá deleitando, haciendo soñar, enriqueciendo a los lectores con información, fantasía y diversión.

Surgirán nuevos héroes de papel y tinta. Y los anteriores personajes quedarán como íconos permanentes en el recuerdo… porque hicieron más grato el tiempo de nuestra infancia…

salvadorodiseo@yahoo.com



Carrusel

Odiseo



El bosque de Sherwwod, en el sur de Inglaterra es famoso por haber sido escenario de las aventuras de Robin Hood, el legendario personaje que vivió en silo XIIl y que ha sido tema de películas y series de televisión.

De las más de 40 mil hectáreas del bosque original solo quedan 180. Pero aún se conservan cerca de 400 árboles de roble, que ya eran centenarios en tiempos de Robin Hood.

El más famoso de esos árboles es el llamado Mayor Oak, ejemplar imponente por su corpulencia, bajo cuya fronda –según cuenta una leyenda- el héroe Robin desposó a la doncella Marión un día del remoto siglo Xlll.

salvadorodiseo@yahoo.com

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